jueves, 10 de octubre de 2013

Juegos pedagogicos

Mediante el juego enseñarles a aprender

Los padres deben realizar actividades lúdicas con sus hijos. Al hacerlo, les transmiten conocimientos, amor y les ayudan a manejar frustraciones. Esta actividad es inherente al desarrollo y, por eso, nunca debe prohibirse, sino estimularse. Los padres que juegan con sus hijos no solo comparten momentos de placer: estrechan lazos afectivos, se relacionan mejor y logran conocerlos.
“Los padres son proveedores de situaciones y objetos que van a estimular en el niño todos los conocimientos básicos de percepción”, afirma la psicóloga clínica María Mercedes Es guerra. El infante adquiere madurez emocional con la ayuda de sus padres –agrega- pues ellos le enseñan a manejar frustraciones a través del juego, como saber ganar o perder.
Jugar, además, es una manera de brindar cariño desde los primeros meses de vida, pues resulta una comunicación afectuosa y permanente.
“El juego se inicia desde el momento del nacimiento e involucra gestos, caricias, palabras y movimientos. Con el paso del tiempo, aparecen otro tipo de habilidades físicas y cognitivas en el infante que dan la pauta para la puesta en marcha de diferentes actividades lúdicas”, afirma la psicóloga infantil Cecilia Zuleta.

Siempre que haya un vínculo emocional en el juego familiar, esos aprendizajes se van a fijar mucho más fácilmente, agrega la psicóloga Juana Morales. La familia debe utilizar los espacios para la lúdica y recreación y recurrir a las fortalezas y habilidades de cada uno de sus miembros. Interactuar con los hijos en estos espacios nutre su identidad y autoestima.









  







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